Judit y
Holofernes
de Michelangelo
Merisi da Caravaggio
.pequeña conversación con el pintor tenebrista.
Parte II
[. . .]
Después de brindar efusivamente me ha retado a duelo y solo por comentar que la
dirección de la sangre que brota del cuello del general Holofernes no es la
correcta.
*Yo :
Querido Michelangelo, si fuera una decapitación seca y contundente el recorrido
que hace la sangre sería como lo has pintado, pero al ver el frágil brazo de
Judit, y el ángulo desde donde mutila, solo me queda decirte, estimadísimo
Caravaggio, que fue un golpe sucio y muy trabado, como si estuviera utilizando
un serrucho desafilado para rebanar un trozo blandito de pan. Además, tal
desafortunado tajo ya hubiera despertado al fornido general asirio, por más
ebrio o sedado que esté. A no ser que la anciana judía que acompaña a Judit, lo
volviera a sosegar con su pavorosa mirada, por cierto, qué mirada.
*Caravaggio : ¿Alguna
vez te han decapitado?
*Yo : La verdad, no
recuerdo.
*Caravaggio
: Pues hoy te voy a enseñar el movimiento y la consistencia de la sangre,
estimado Coquito. ¡Brindemos! ¡Salud! Y apura tu copa. [. . .]
muge el
plasmón entre las hojas
desde el
temblor de mi espada
viertes dermis
afiladas mis sombras
en su
des
agüe ilumina seca i transparente
lo que
alguna vez te habitó : volverá en bruma
alguien
acopia tus retazos
que han de
regar linfosos
una nívea
flor nunca pintarás
alborea
todos
somos Caravaggio
brindo de
él i entierro fulgurante
su cabeza
en una copa
a sol de
umbria
ríen los
metales